"El esfuerzo por aclarar las ideas es el fundamento de la vida moral" Blaise Pascal

5.2.1 Interacción: una sociología liberal





En el apartado anterior se planteaba la necesidad de hacer de las ciencias sociales un medio para desarrollar una buena praxis política, sobre todo por su capacidad de conocer las correctas conexiones entre causalidades y las consecuencias no querida de las acciones de los individuos.

 

En este apartado se desarrolla un esbozo de sociología compatible con la idea liberal, una sensibilidad que no siempre ha estado presente en la disciplina, generalmente más cercana a las ideologías que favorecen las versiones más intervencionistas y de ingeniería social. Se propone una teoría sociológica propia compatible con una visión liberal de la sociedad. No se propone necesariamente una sociología ideológica, sino simplemente evitar las incompatibilidades entre ese planteamiento ideológico y la práctica científica. Es decir, actuar desde un principio de no contradicción entre ideología y praxis científica. Así, no se trata de hacer una recopilación exhaustiva de los principios del liberalismo en tanto ideología, sino sólo de aquellos que pueden tener una repercusión a la hora de elaborar una metodología del análisis sociológico. Esta concepción se basa, en esencia, en el concepto de interacción como base de análisis, así el objeto de la sociología no seria el individuo, sino la interacción entre los sujetos sociales (que en último término se reducen a individuos). En sociología la acción es interacción, y la interacción se puede basar en diferentes objetivos, como intereses, pasiones o convicciones...que siempre se quieren alcanzar de la mejor manera, de la manera más eficiente en lo referente a los medios. En este sentido todas las acciones son racionales...respecto a medios para fines dados.

 

El camino a realizar en su elaboración es el siguiente:

 

1. Plantear los principios o presupuestos liberales que la teoría sociológica no debería contradecir (estos presupuestos se han elaborado a partir de la lectura de La acción humana, de L. Mises)

 

2. Definir las implicaciones generales que esos principios liberales tienen sobre la teoría sociológica.

 

3. Desarrollar esa teoría sociológica no contradictoria mediante los grandes conceptos de la disciplina.

 

Presupuestos liberales
Estos presupuestos se han elaborado a partir de una serie de lecturas, eminentemente económicas. Esto es así en cuando la economía puede contrarrestar algunas de las carencias de la sociología. Estos presupuestos se resumen en:

- La unidad básica de la sociedad es el individuo. Es el sujeto de la acción social. Existen actores sociales que no son individuos; son las organizaciones pero cuyas actuaciones son fruto, asimismo, de la interacción entre los individuos que las componen. La colectividad carece de existencia; para conocer la colectividad debemos partir de las interacciones individuales: el individuo es un ser social, pero la sociedad sólo se puede conocer a partir de la acción de los individuos.

- Los individuos actúan conforme unos fines que no son necesariamente racionales, y lo hacen mediante un análisis racional de los medios para lograrlos. El individuo es dueño de sus decisiones y actúa buscando sus objetivos. Debemos centrarnos en los medios, no en cuestionar los fines. Los fines son irracionales en tanto son fines últimos, mientras que los medios siempre son decisiones racionales donde se miden costes y beneficios, aunque los agentes sociales pueden equivocarse por falta de información o por otros motivos. Así, la acción humana es siempre racional...e individual: hay acciones de personas que buscan algo con su acción, aunque eso que buscan no nos guste o no nos parezca lo que mejor podría venirles. La praxeologia no define un homo aeconomicus, en el sentido que el sujeto no sólo se mueve por intereses económicos; sin embargo, sea cual sea su motivación siempre deberá hacer un análisis racional de medios para lograr esos objetivos.

- La causa de la actuación es el malestar, pensar que con la acción se puede mejorar y tener una imagen mental de un estado mejor que el actual. Lo que determina la adecuación de la actuación es que nos acerque o nos separe de lo que queremos. La acción es pretender sustituir un estado de cosas poco satisfactorio por otro más satisfactorio. A esa alteración voluntaria se le llama cambio. Aquello a lo que es preciso renunciar para alcanzar un objetivo deseado se llama precio, su valor se llama costo. La diferencia entre costo y fin alcanzado es el beneficio (en este caso, al ser incremento de la satisfacción del hombre, es imposible de medir; sólo cabe ordenación ordinal, no cardinal). A veces, de la acción se deriva una insatisfacción, fruto de la diferencia entre valor del costo y beneficio obtenido: se llama pérdida.

- La causalidad es un requisito de la acción: actuamos porque creemos que hay relaciones causales que provocan cambios que nos acercan o nos alejan de nuestros objetivos, y que estas relaciones causales muestran cierta regularidad. Es decir, si actuamos de tal manera generalmente provocaremos tal efecto...aunque en la acción social la regularidad no es absoluta sino probabilística: es decir, no siempre es así, pero esto es algo que sólo lo sabemos a posteriori.

- Otra dimensión esencial de la acción es el tiempo. En la acción siempre hay un antes, un mediante y un después; y toda acción remite a un futuro. Esto tiene importancia en tanto la actuación (medios y fines) se pueden ir redefiniendo según el momento de la acción. El tiempo genera otro concepto esencial, el concepto de incertidumbre. Si el futuro fuera cierto no seria necesario actuar. Sólo la probabilidad nos permite actuar.

-          El valor de las cosas es subjetivo.

Algunas leyes de la praxeologia que deben tenerse presentes:

- Ley de la utilidad marginal: no todas las unidades de un bien valen lo mismo para el sujeto; el valor marginal de un bien es el valor que da o que quita una unidad de ese bien; así un elemento de más nos indica que ese elemento se dedicará a satisfacer una necesidad menos urgente que las que satisfacemos cuando no lo teníamos, de ahí el carácter decreciente.

- Ley de rendimiento decreciente: existen combinaciones óptimas de los bienes económicos de orden más elevado (factores de producción): si se desvía de esa combinación óptima no lograremos los mismos resultados; los hombres prefieren lo que les satisface más a lo que les satisface menos (así, los hombre prefieren trabajar sólo cuando desean más el producto de ese trabajo que el disfrutar de descanso u ocio).

- Cooperación social: la sociedad no es más que la interacción de los individuos para producir un esfuerzo cooperativo. La sociedad no vive aparte de los individuos, sino que se plasma en la actuación de éstos. La cooperación entre los individuos no surge de la simpatía (ésta es la consecuencia), sino de la conciencia de la necesidad de unos y otros para conseguir los fines propios mediante las ventajas que proporciona la división del trabajo. La virtud de la división del trabajo es su utilidad social. No toda relación es cooperativa: la relación cooperativa es aquella en la cual cada uno considera el provecho ajeno como medio para alcanzar el provecho propio. Esto significa que no toda interacción es societaria; por ejemplo, las relaciones de conflicto no lo son.

En resumen, estos principios marcan algunos de los elementos principales a tener en cuenta a la hora de elaborar una teoría sociológica. Así, toda teoría que no quiera entrar en contradicción con los principios básicos del liberalismo deberá aceptar que: la unidad básica de acción de la sociedad es el individuo. Un individuo que actúa movido por motivaciones raciones, de fines y medios, aunque no siempre se acierte en los resultados, dado que siempre actúa en un contexto de incertidumbre. La acción de los individuos siempre viene motivada, es causada, por la voluntad de mejorar su situación y ello es lo que da lugar al cambio. Para conseguir sus fines los individuos interactúan entre ellos, bien estableciendo relaciones de cooperación o de conflicto.

Teoría sociológica

Una sociología liberal debe asumir los postulados del individualismo metodológico: la actuación es siempre individual, aunque esa acción sea comprensible a la luz de un contexto general de la interacción que consiste, básicamente, en comprender los significados que los agentes otorgan a esas actuaciones, significados que son compartidos. La acción del individuo no se realiza sin contexto, sino que la acción es interacción con otros sujetos. Si la acción no tiene impacto sobre otro individuo no es objeto de la sociología. Para el análisis de las instituciones debemos referirnos a las discusiones entre las personas que las componen. Así, en la toma de decisiones aplicar el análisis de la interacción y para sus consecuencias, el análisis de los efectos de amplificación (una misma acción llevada a cabo por muchos tiene efectos diferentes) y efectos de agregación (efectos no buscados en la acción fruto de la interacción y que pueden contradecir la voluntad, ampliarla o trastocarla), efectos de neutralización (los cambios promovidos a nivel individual pueden neutralizarse en el proceso de interacción), etc.

Si la economía habla de cómo los individuos llevan a cabo sus acciones en un contexto de actuación racional, la sociología asume la racionalidad de la acción respecto a fines pero también, por su contexto, que esos fines son muy dispares (no sólo económicos) y que la interacción y todo lo que conlleva (incertidumbre, acciones contrapuestas, etc.) obliga a dar cuenta de las trabas con que se debe enfrentar el sujeto en su actuación a la hora de realizar sus objetivos: las estructuras sociales de interacción ponen límites (y no sólo posibilitan) a la acción de los individuos. Como un reverso, la sociología descubre las limitaciones de la interacción, y, a su vez, explica el significado de las acciones de los individuos. Una de esas limitaciones de la acción que no pueden ser controlados por los sujetos que actúan son los derivados de la agregación de acciones. La agregación produce que, la actuación de los sujetos sea racional (ajusten medios a fines) y la voluntad de cambio real, los resultados de la acción no sean los deseados por la influencia de las acciones del resto de los individuos (efectos de agregación) que introducen incertidumbre: falta de tota la información, cambios en las condiciones de la acción, etc. Los otros posibilitan nuestro proyecto vital y, a la vez, marcan sus límites. Esos límites surgen de la propia interacción, no de ningún determinismo social del colectivo sobre los individuos.

Es en este contexto donde se debe introducir el concepto de comprensión: no todos los sujetos entienden los hechos sociales de la misma manera lo que, unido al hecho que las personas difieren en sus fines hace que la manera de comprender de las ciencias sociales nada tenga que ver con la manera de actuar de las ciencias naturales. En sociedad debemos comprender las acciones en su contexto en el cual actúan los sujetos, que no es siempre el mismo.

Del concepto de comprensión se puede derivar un cierto relativismo que exige definir lo que se entiende por objetividad en ciencias sociales. En este sentido se debe diferenciar entre el dato y la interpretación que de éste se realiza. El primero es objetivo y el segundo no…pero es válido a nivel genérico en tanto se explicite los presupuestos desde los cuales se hace la interpretación.

Hay una sociología descriptiva y otra comprensiva. La sociología descriptiva puede hacer descripción de sujetos colectivos. Todos los estudios de base estadística son descriptivos. Los sujetos definidos son ficticios, sólo existentes en la probabilidad, una entelequia estadística y no un sujeto con capacidad de actuar. A partir de esta sociología no podemos conocer comportamientos, ni comprenderlos, pues se trata de una reificación. La sociología descriptiva nos da pistas para adecuar nuestra actuación, informándonos de las posibles respuestas a esas actuaciones. Son el reverso de la acción, nos informan de la respuesta.

Por contra, la sociología comprensiva (que es a la máxima causalidad que puede aspirar la sociología) busca comprender la acción del sujeto real que actúa a partir de comprender el contexto de la interacción.

Junto a esta clasificación entre sociología descriptiva y comprensiva (que es lo máximo en causalidad y explicación a lo que puede llegar la sociología) existe otra entre sociología de las organizaciones y de la sociedad, según la terminología de Hayek, o entre sistemas funcionales y de interdependencia según una terminología más sociológica. La diferencia está en el papel que juega los individuos en ellas, siendo en las organizaciones secundario respecto a fines colectivos y esenciales en sí misma en la sociedad. Igualmente la pluralidad del rol a ejercer, ya que en las organizaciones éste suele ser unívoco y muy definido, mientras que el la sociedad cada individuo incorpora roles muy diferentes y abiertos a la reinterpretación propia. El funcionalismo aparece en sociología cuando creemos que todos los sistemas son funcionales, negando la posibilidad de la sociedad, de los sistemas de interacción.

En torno a las ciencias sociales todas ellas deben ser compatibles con las reglas que determina la praxeologia (y que se ha definido en el apartado anterior), que es apriorística (pues se trata de la lógica de la acción humana, aplicable a toda la humanidad pues se basa en la estructura de la mente). Por contra, la historia recoge los hechos singulares que tienen como carácter común ser fruto de la acción humana y los explica a partir de otros hechos. Más allá, la sociología busca mecanismos de interacción que hagan explicables los resultados de la acción que la historia refiere. ¿Cómo lo hace? genera tipos ideales en el análisis de los hechos aceptando las leyes de la praxeologia y encontrando los conceptos y sus relaciones para comprender el hecho singular histórico: motivos, propósitos de los actores, medios de los que se sirven, etc. que dan sentido a la acción humana dada, aunque sin poder predictivo exacto, ya que las relaciones entre las variables del tipo ideal puede cambiar según los casos. Es lo más cercano a las leyes, pero siempre a posteriori, pues las condiciones en las que se desarrolla la acción son cambiantes. El tipo ideal lo es de una interacción entre los sujetos y es deductivo, no puede surgir de la estadística, por ello hablamos de la comprensión. En sociología no hablamos de leyes, pues éstas denotan inmutabilidad, una categoría que no es propia de la sociedad. La diferencia respecto a la economía es que ésta es la ciencia para discernir los mejores medios a utilizar para conseguir ciertos objetivos o fines en un contexto de escasez material. Frente a esto, la sociología muestra los límites de la acción individual en un contexto de interacción. Esto no nos debe hacer caer en el determinismo en nuestras aproximaciones a los hechos sociales, dado que la acción del sujeto se realiza en un contexto de incertidumbre. Así sólo contamos con la probabilidad para intentar superar la incertidumbre sobre el resultado de las acciones, probabilidad que no es sino frecuencia: podemos tener aproximaciones generales, pero no nos sirven para predecir exactamente (totalmente) la actuación de un sujeto concreto.

La sociología liberal que aquí se plantea tiene también una función práctica para la praxis política: una vez conocidos los fines y las características del espacio donde los sujetos deben interactuar, también pueden plantear cómo se debe actuar para conseguir ciertos fines. La sociología sería una ciencia al servicio de una mejor acción, una ciencia práctica que discrimina entre medios adecuados o no según sus fines (determinados por la filosofía, la religión, etc.).