En el apartado anterior
se planteaba la necesidad de hacer de las ciencias sociales un medio para
desarrollar una buena praxis política, sobre todo por su capacidad de conocer
las correctas conexiones entre causalidades y las consecuencias no querida de
las acciones de los individuos.
En este apartado se
desarrolla un esbozo de sociología compatible
con la idea liberal, una sensibilidad que no siempre ha estado presente en la
disciplina, generalmente más cercana a las ideologías que favorecen las
versiones más intervencionistas y de ingeniería social. Se propone una teoría
sociológica propia compatible con una visión liberal de la sociedad. No se
propone necesariamente una sociología ideológica, sino simplemente evitar las
incompatibilidades entre ese planteamiento ideológico y la práctica científica.
Es decir, actuar desde un principio de no contradicción entre ideología y
praxis científica. Así, no se trata de hacer una recopilación exhaustiva de los
principios del liberalismo en tanto ideología, sino sólo de aquellos que pueden
tener una repercusión a la hora de elaborar una metodología del análisis
sociológico. Esta concepción se basa, en esencia, en el concepto de interacción
como base de análisis, así el objeto de la sociología no seria el individuo,
sino la interacción entre
los sujetos sociales (que en último término se reducen a individuos). En
sociología la acción es interacción, y la interacción se puede basar en
diferentes objetivos, como intereses, pasiones o convicciones...que siempre se
quieren alcanzar de la mejor manera, de la manera más eficiente en lo referente
a los medios. En este sentido todas las acciones son racionales...respecto a
medios para fines dados.
El camino a realizar en
su elaboración es el siguiente:
1. Plantear los
principios o presupuestos liberales que la teoría sociológica no debería
contradecir (estos presupuestos se han elaborado a partir de la lectura de La
acción humana, de L. Mises)
2. Definir las
implicaciones generales que esos principios liberales tienen sobre la teoría
sociológica.
3. Desarrollar esa
teoría sociológica no contradictoria mediante los grandes conceptos de la
disciplina.
Presupuestos liberales
Estos presupuestos se han elaborado a partir de una serie de lecturas,
eminentemente económicas. Esto es así en cuando la economía puede contrarrestar
algunas de las carencias de la sociología. Estos presupuestos se resumen en:
- La unidad básica de la sociedad es el individuo. Es el sujeto de la
acción social. Existen actores sociales que no son individuos; son las
organizaciones pero cuyas actuaciones son fruto, asimismo, de la interacción
entre los individuos que las componen. La colectividad carece de existencia;
para conocer la colectividad debemos partir de las interacciones individuales:
el individuo es un ser social, pero la sociedad sólo se puede conocer a partir
de la acción de los individuos.
- Los individuos actúan conforme unos fines que no son necesariamente
racionales, y lo hacen mediante un análisis racional de los medios para
lograrlos. El individuo es dueño de sus decisiones y actúa buscando sus
objetivos. Debemos centrarnos en los medios, no en cuestionar los fines. Los
fines son irracionales en tanto son fines últimos, mientras que los medios
siempre son decisiones racionales donde se miden costes y beneficios, aunque
los agentes sociales pueden equivocarse por falta de info rmación o por
otros motivos. Así, la acción humana es siempre racional...e individual: hay
acciones de personas que buscan algo con su acción, aunque eso que buscan no
nos guste o no nos parezca lo que mejor podría venirles. La praxeologia no
define un homo aeconomicus, en el
sentido que el sujeto no sólo se mueve por intereses económicos; sin embargo,
sea cual sea su motivación siempre deberá hacer un análisis racional de medios
para lograr esos objetivos.
- La causa de la actuación es el malestar, pensar que con la acción se
puede mejorar y tener una imagen mental de un estado mejor que el actual. Lo
que determina la adecuación de la actuación es que nos acerque o nos separe de
lo que queremos. La acción es pretender sustituir un estado de cosas poco
satisfactorio por otro más satisfactorio. A esa alteración voluntaria se le
llama cambio.
Aquello a lo que es preciso renunciar para alcanzar un objetivo deseado se
llama precio, su valor se llama costo. La diferencia entre costo y fin
alcanzado es el beneficio (en este caso, al ser incremento de la satisfacción
del hombre, es imposible de medir; sólo cabe ordenación ordinal, no cardinal).
A veces, de la acción se deriva una insatisfacción, fruto de la diferencia
entre valor del costo y beneficio obtenido: se llama pérdida.
- La causalidad es
un requisito de la acción: actuamos porque creemos que hay relaciones causales
que provocan cambios que nos acercan o nos alejan de nuestros objetivos, y que
estas relaciones causales muestran cierta regularidad. Es decir, si actuamos de
tal manera generalmente provocaremos tal efecto...aunque en la acción social la
regularidad no es absoluta sino probabilística: es decir, no siempre es así,
pero esto es algo que sólo lo sabemos a posteriori.
- Otra dimensión esencial de la acción es el tiempo. En la acción siempre
hay un antes, un mediante y un después; y toda acción remite a un futuro. Esto
tiene importancia en tanto la actuación (medios y fines) se pueden ir
redefiniendo según el momento de la acción. El tiempo genera otro concepto
esencial, el concepto de incertidumbre. Si el futuro fuera cierto no seria
necesario actuar. Sólo la probabilidad nos permite actuar.
-
El valor de las cosas es
subjetivo.
Algunas leyes de la praxeologia que deben tenerse presentes:
- Ley de la utilidad marginal: no todas las unidades de un bien valen lo
mismo para el sujeto; el valor marginal de un bien es el valor que da o que
quita una unidad de ese bien; así un elemento de más nos indica que ese
elemento se dedicará a satisfacer una necesidad menos urgente que las que
satisfacemos cuando no lo teníamos, de ahí el carácter decreciente.
- Ley de rendimiento decreciente: existen combinaciones óptimas de los
bienes económicos de orden más elevado (factores de producción): si se desvía
de esa combinación óptima no lograremos los mismos resultados; los hombres
prefieren lo que les satisface más a lo que les satisface menos (así, los
hombre prefieren trabajar sólo cuando desean más el producto de ese trabajo que
el disfrutar de descanso u ocio).
- Cooperación social:
la sociedad no es más que la interacción de los individuos para producir un
esfuerzo cooperativo. La sociedad no vive aparte de los individuos, sino que se
plasma en la actuación de éstos. La cooperación entre los individuos no surge
de la simpatía (ésta es la consecuencia), sino de la conciencia de la necesidad
de unos y otros para conseguir los fines propios mediante las ventajas que
proporciona la división del trabajo. La virtud de la división del trabajo es su
utilidad social. No toda relación es cooperativa: la relación cooperativa es
aquella en la cual cada uno considera el provecho ajeno como medio para
alcanzar el provecho propio. Esto significa que no toda interacción es
societaria; por ejemplo, las relaciones de conflicto no lo son.
En resumen, estos principios marcan algunos de los elementos principales a
tener en cuenta a la hora de elaborar una teoría sociológica. Así, toda teoría
que no quiera entrar en contradicción con los principios básicos del
liberalismo deberá aceptar que: la unidad básica de acción de la sociedad es el
individuo. Un individuo que actúa movido por motivaciones raciones, de fines y
medios, aunque no siempre se acierte en los resultados, dado que siempre actúa
en un contexto de incertidumbre. La acción de los individuos siempre viene
motivada, es causada, por la voluntad de mejorar su situación y ello es lo que
da lugar al cambio. Para conseguir sus fines los individuos interactúan entre
ellos, bien estableciendo relaciones de cooperación o de conflicto.
Teoría sociológica
Una sociología liberal debe asumir los postulados del individualismo
metodológico: la actuación es siempre individual, aunque esa acción sea
comprensible a la luz de un contexto general de la interacción que consiste,
básicamente, en comprender los significados que los agentes otorgan a esas
actuaciones, significados que son compartidos. La acción del individuo no se
realiza sin contexto, sino que la acción es interacción con otros sujetos. Si
la acción no tiene impacto sobre otro individuo no es objeto de la sociología.
Para el análisis de las instituciones debemos referirnos a las discusiones
entre las personas que las componen. Así, en la toma de decisiones aplicar el
análisis de la interacción y para sus consecuencias, el análisis de los efectos
de amplificación (una misma acción llevada a cabo por muchos tiene efectos
diferentes) y efectos de agregación (efectos
no buscados en la acción fruto de la interacción y que pueden contradecir la
voluntad, ampliarla o trastocarla), efectos de neutralización (los cambios
promovidos a nivel individual pueden neutralizarse en el proceso de
interacción), etc.
Si la economía habla de cómo los individuos llevan a cabo sus acciones en
un contexto de actuación racional, la sociología asume la racionalidad de la
acción respecto a fines pero también, por su contexto, que esos fines son muy
dispares (no sólo económicos) y que la interacción y todo lo que conlleva (incertidumbre,
acciones contrapuestas, etc.) obliga a dar cuenta de las trabas con que se debe
enfrentar el sujeto en su actuación a la hora de realizar sus objetivos: las
estructuras sociales de interacción ponen límites (y no sólo posibilitan) a la
acción de los individuos. Como un reverso, la sociología descubre las
limitaciones de la interacción, y, a su vez, explica el significado de las
acciones de los individuos. Una de esas limitaciones de la acción que no pueden
ser controlados por los sujetos que actúan son los derivados de la agregación
de acciones. La agregación produce que, la actuación de los sujetos sea
racional (ajusten medios a fines) y la voluntad de cambio real, los resultados
de la acción no sean los deseados por la influencia de las acciones del resto
de los individuos (efectos de agregación) que introducen incertidumbre: falta
de tota la info rmación, cambios en las condiciones de la acción, etc. Los otros
posibilitan nuestro proyecto vital y, a la vez, marcan sus límites. Esos
límites surgen de la propia interacción, no de ningún determinismo social del
colectivo sobre los individuos.
Es en este contexto donde se debe introducir el concepto de comprensión: no
todos los sujetos entienden los hechos sociales de la misma manera lo que, unido
al hecho que las personas difieren en sus fines hace que la manera de
comprender de las ciencias sociales nada tenga que ver con la manera de actuar
de las ciencias naturales. En sociedad debemos comprender las acciones en su
contexto en el cual actúan los sujetos, que no es siempre el mismo.
Del concepto de comprensión se puede derivar un cierto relativismo que
exige definir lo que se entiende por objetividad en
ciencias sociales. En este sentido se debe diferenciar entre el dato y la
interpretación que de éste se realiza. El primero es objetivo y el segundo
no…pero es válido a nivel genérico en tanto se explicite los presupuestos desde
los cuales se hace la interpretación.
Hay una sociología descriptiva y otra comprensiva. La sociología
descriptiva puede hacer descripción de sujetos colectivos. Todos los estudios
de base estadística son descriptivos. Los sujetos definidos son ficticios, sólo
existentes en la probabilidad, una entelequia estadística y no un sujeto con
capacidad de actuar. A partir de esta sociología no podemos conocer
comportamientos, ni comprenderlos, pues se trata de una reificación. La
sociología descriptiva nos da pistas para adecuar nuestra actuación, info rmándonos de
las posibles respuestas a esas actuaciones. Son el reverso de la acción, nos info rman de la
respuesta.
Por contra, la sociología comprensiva (que es a la máxima causalidad que
puede aspirar la sociología) busca comprender la acción del sujeto real que
actúa a partir de comprender el contexto de la interacción.
Junto a esta clasificación entre sociología descriptiva y comprensiva (que
es lo máximo en causalidad y explicación a lo que puede llegar la sociología)
existe otra entre sociología de las organizaciones y de la sociedad, según la
terminología de Hayek, o entre sistemas funcionales y de interdependencia según
una terminología más sociológica. La diferencia está en el papel que juega los
individuos en ellas, siendo en las organizaciones secundario respecto a fines
colectivos y esenciales en sí misma en la sociedad. Igualmente la pluralidad
del rol a ejercer, ya que en las organizaciones éste suele ser unívoco y muy
definido, mientras que el la sociedad cada individuo incorpora roles muy
diferentes y abiertos a la reinterpretación propia. El funcionalismo aparece en
sociología cuando creemos que todos los sistemas son funcionales, negando la
posibilidad de la sociedad, de los sistemas de interacción.
En torno a las ciencias sociales todas ellas deben ser compatibles con las
reglas que determina la praxeologia (y que se ha definido en el apartado
anterior), que es apriorística (pues se trata de la lógica de la acción humana,
aplicable a toda la humanidad pues se basa en la estructura de la mente). Por
contra, la historia recoge los hechos singulares que tienen como carácter común
ser fruto de la acción humana y los explica a partir de otros hechos. Más allá,
la sociología busca mecanismos de interacción que hagan explicables los
resultados de la acción que la historia refiere. ¿Cómo lo hace? genera tipos
ideales en el análisis de los hechos aceptando las leyes de la praxeologia y
encontrando los conceptos y sus relaciones para comprender el hecho singular
histórico: motivos, propósitos de los actores, medios de los que se sirven,
etc. que dan sentido a la acción humana dada, aunque sin poder predictivo
exacto, ya que las relaciones entre las variables del tipo ideal puede cambiar
según los casos. Es lo más cercano a las leyes, pero siempre a posteriori, pues
las condiciones en las que se desarrolla la acción son cambiantes. El tipo
ideal lo es de una interacción entre los sujetos y es deductivo, no puede
surgir de la estadística, por ello hablamos de la comprensión. En sociología no
hablamos de leyes, pues éstas denotan inmutabilidad, una categoría que no es
propia de la sociedad. La diferencia respecto a la economía es que ésta es la
ciencia para discernir los mejores medios a utilizar para conseguir ciertos
objetivos o fines en un contexto de escasez material. Frente a esto, la
sociología muestra los límites de la acción individual en un contexto de
interacción. Esto no nos debe hacer caer en el determinismo en nuestras
aproximaciones a los hechos sociales, dado que la acción del sujeto se realiza
en un contexto de incertidumbre. Así sólo contamos con la probabilidad para
intentar superar la incertidumbre sobre el resultado de las acciones,
probabilidad que no es sino frecuencia: podemos tener aproximaciones generales,
pero no nos sirven para predecir exactamente (totalmente) la actuación de un
sujeto concreto.
La sociología liberal que aquí se plantea tiene también una función
práctica para la praxis política: una vez conocidos los fines y las
características del espacio donde los sujetos deben interactuar, también pueden
plantear cómo se debe actuar para conseguir ciertos fines. La sociología sería
una ciencia al servicio de una mejor acción, una ciencia práctica que
discrimina entre medios adecuados o no según sus fines (determinados por la
filosofía, la religión, etc.).
En el apartado anterior
se planteaba la necesidad de hacer de las ciencias sociales un medio para
desarrollar una buena praxis política, sobre todo por su capacidad de conocer
las correctas conexiones entre causalidades y las consecuencias no querida de
las acciones de los individuos.
En este apartado se
desarrolla un esbozo de sociología compatible
con la idea liberal, una sensibilidad que no siempre ha estado presente en la
disciplina, generalmente más cercana a las ideologías que favorecen las
versiones más intervencionistas y de ingeniería social. Se propone una teoría
sociológica propia compatible con una visión liberal de la sociedad. No se
propone necesariamente una sociología ideológica, sino simplemente evitar las
incompatibilidades entre ese planteamiento ideológico y la práctica científica.
Es decir, actuar desde un principio de no contradicción entre ideología y
praxis científica. Así, no se trata de hacer una recopilación exhaustiva de los
principios del liberalismo en tanto ideología, sino sólo de aquellos que pueden
tener una repercusión a la hora de elaborar una metodología del análisis
sociológico. Esta concepción se basa, en esencia, en el concepto de interacción
como base de análisis, así el objeto de la sociología no seria el individuo,
sino la interacción entre
los sujetos sociales (que en último término se reducen a individuos). En
sociología la acción es interacción, y la interacción se puede basar en
diferentes objetivos, como intereses, pasiones o convicciones...que siempre se
quieren alcanzar de la mejor manera, de la manera más eficiente en lo referente
a los medios. En este sentido todas las acciones son racionales...respecto a
medios para fines dados.
El camino a realizar en
su elaboración es el siguiente:
1. Plantear los
principios o presupuestos liberales que la teoría sociológica no debería
contradecir (estos presupuestos se han elaborado a partir de la lectura de La
acción humana, de L. Mises)
2. Definir las
implicaciones generales que esos principios liberales tienen sobre la teoría
sociológica.
3. Desarrollar esa
teoría sociológica no contradictoria mediante los grandes conceptos de la
disciplina.
Presupuestos liberales
Estos presupuestos se han elaborado a partir de una serie de lecturas,
eminentemente económicas. Esto es así en cuando la economía puede contrarrestar
algunas de las carencias de la sociología. Estos presupuestos se resumen en:
- La unidad básica de la sociedad es el individuo. Es el sujeto de la
acción social. Existen actores sociales que no son individuos; son las
organizaciones pero cuyas actuaciones son fruto, asimismo, de la interacción
entre los individuos que las componen. La colectividad carece de existencia;
para conocer la colectividad debemos partir de las interacciones individuales:
el individuo es un ser social, pero la sociedad sólo se puede conocer a partir
de la acción de los individuos.
- Los individuos actúan conforme unos fines que no son necesariamente
racionales, y lo hacen mediante un análisis racional de los medios para
lograrlos. El individuo es dueño de sus decisiones y actúa buscando sus
objetivos. Debemos centrarnos en los medios, no en cuestionar los fines. Los
fines son irracionales en tanto son fines últimos, mientras que los medios
siempre son decisiones racionales donde se miden costes y beneficios, aunque
los agentes sociales pueden equivocarse por falta de info rmación o por
otros motivos. Así, la acción humana es siempre racional...e individual: hay
acciones de personas que buscan algo con su acción, aunque eso que buscan no
nos guste o no nos parezca lo que mejor podría venirles. La praxeologia no
define un homo aeconomicus, en el
sentido que el sujeto no sólo se mueve por intereses económicos; sin embargo,
sea cual sea su motivación siempre deberá hacer un análisis racional de medios
para lograr esos objetivos.
- La causa de la actuación es el malestar, pensar que con la acción se
puede mejorar y tener una imagen mental de un estado mejor que el actual. Lo
que determina la adecuación de la actuación es que nos acerque o nos separe de
lo que queremos. La acción es pretender sustituir un estado de cosas poco
satisfactorio por otro más satisfactorio. A esa alteración voluntaria se le
llama cambio.
Aquello a lo que es preciso renunciar para alcanzar un objetivo deseado se
llama precio, su valor se llama costo. La diferencia entre costo y fin
alcanzado es el beneficio (en este caso, al ser incremento de la satisfacción
del hombre, es imposible de medir; sólo cabe ordenación ordinal, no cardinal).
A veces, de la acción se deriva una insatisfacción, fruto de la diferencia
entre valor del costo y beneficio obtenido: se llama pérdida.
- La causalidad es
un requisito de la acción: actuamos porque creemos que hay relaciones causales
que provocan cambios que nos acercan o nos alejan de nuestros objetivos, y que
estas relaciones causales muestran cierta regularidad. Es decir, si actuamos de
tal manera generalmente provocaremos tal efecto...aunque en la acción social la
regularidad no es absoluta sino probabilística: es decir, no siempre es así,
pero esto es algo que sólo lo sabemos a posteriori.
- Otra dimensión esencial de la acción es el tiempo. En la acción siempre
hay un antes, un mediante y un después; y toda acción remite a un futuro. Esto
tiene importancia en tanto la actuación (medios y fines) se pueden ir
redefiniendo según el momento de la acción. El tiempo genera otro concepto
esencial, el concepto de incertidumbre. Si el futuro fuera cierto no seria
necesario actuar. Sólo la probabilidad nos permite actuar.
-
El valor de las cosas es
subjetivo.
Algunas leyes de la praxeologia que deben tenerse presentes:
- Ley de la utilidad marginal: no todas las unidades de un bien valen lo
mismo para el sujeto; el valor marginal de un bien es el valor que da o que
quita una unidad de ese bien; así un elemento de más nos indica que ese
elemento se dedicará a satisfacer una necesidad menos urgente que las que
satisfacemos cuando no lo teníamos, de ahí el carácter decreciente.
- Ley de rendimiento decreciente: existen combinaciones óptimas de los
bienes económicos de orden más elevado (factores de producción): si se desvía
de esa combinación óptima no lograremos los mismos resultados; los hombres
prefieren lo que les satisface más a lo que les satisface menos (así, los
hombre prefieren trabajar sólo cuando desean más el producto de ese trabajo que
el disfrutar de descanso u ocio).
- Cooperación social:
la sociedad no es más que la interacción de los individuos para producir un
esfuerzo cooperativo. La sociedad no vive aparte de los individuos, sino que se
plasma en la actuación de éstos. La cooperación entre los individuos no surge
de la simpatía (ésta es la consecuencia), sino de la conciencia de la necesidad
de unos y otros para conseguir los fines propios mediante las ventajas que
proporciona la división del trabajo. La virtud de la división del trabajo es su
utilidad social. No toda relación es cooperativa: la relación cooperativa es
aquella en la cual cada uno considera el provecho ajeno como medio para
alcanzar el provecho propio. Esto significa que no toda interacción es
societaria; por ejemplo, las relaciones de conflicto no lo son.
En resumen, estos principios marcan algunos de los elementos principales a
tener en cuenta a la hora de elaborar una teoría sociológica. Así, toda teoría
que no quiera entrar en contradicción con los principios básicos del
liberalismo deberá aceptar que: la unidad básica de acción de la sociedad es el
individuo. Un individuo que actúa movido por motivaciones raciones, de fines y
medios, aunque no siempre se acierte en los resultados, dado que siempre actúa
en un contexto de incertidumbre. La acción de los individuos siempre viene
motivada, es causada, por la voluntad de mejorar su situación y ello es lo que
da lugar al cambio. Para conseguir sus fines los individuos interactúan entre
ellos, bien estableciendo relaciones de cooperación o de conflicto.
Teoría sociológica
Una sociología liberal debe asumir los postulados del individualismo
metodológico: la actuación es siempre individual, aunque esa acción sea
comprensible a la luz de un contexto general de la interacción que consiste,
básicamente, en comprender los significados que los agentes otorgan a esas
actuaciones, significados que son compartidos. La acción del individuo no se
realiza sin contexto, sino que la acción es interacción con otros sujetos. Si
la acción no tiene impacto sobre otro individuo no es objeto de la sociología.
Para el análisis de las instituciones debemos referirnos a las discusiones
entre las personas que las componen. Así, en la toma de decisiones aplicar el
análisis de la interacción y para sus consecuencias, el análisis de los efectos
de amplificación (una misma acción llevada a cabo por muchos tiene efectos
diferentes) y efectos de agregación (efectos
no buscados en la acción fruto de la interacción y que pueden contradecir la
voluntad, ampliarla o trastocarla), efectos de neutralización (los cambios
promovidos a nivel individual pueden neutralizarse en el proceso de
interacción), etc.
Si la economía habla de cómo los individuos llevan a cabo sus acciones en
un contexto de actuación racional, la sociología asume la racionalidad de la
acción respecto a fines pero también, por su contexto, que esos fines son muy
dispares (no sólo económicos) y que la interacción y todo lo que conlleva (incertidumbre,
acciones contrapuestas, etc.) obliga a dar cuenta de las trabas con que se debe
enfrentar el sujeto en su actuación a la hora de realizar sus objetivos: las
estructuras sociales de interacción ponen límites (y no sólo posibilitan) a la
acción de los individuos. Como un reverso, la sociología descubre las
limitaciones de la interacción, y, a su vez, explica el significado de las
acciones de los individuos. Una de esas limitaciones de la acción que no pueden
ser controlados por los sujetos que actúan son los derivados de la agregación
de acciones. La agregación produce que, la actuación de los sujetos sea
racional (ajusten medios a fines) y la voluntad de cambio real, los resultados
de la acción no sean los deseados por la influencia de las acciones del resto
de los individuos (efectos de agregación) que introducen incertidumbre: falta
de tota la info rmación, cambios en las condiciones de la acción, etc. Los otros
posibilitan nuestro proyecto vital y, a la vez, marcan sus límites. Esos
límites surgen de la propia interacción, no de ningún determinismo social del
colectivo sobre los individuos.
Es en este contexto donde se debe introducir el concepto de comprensión: no
todos los sujetos entienden los hechos sociales de la misma manera lo que, unido
al hecho que las personas difieren en sus fines hace que la manera de
comprender de las ciencias sociales nada tenga que ver con la manera de actuar
de las ciencias naturales. En sociedad debemos comprender las acciones en su
contexto en el cual actúan los sujetos, que no es siempre el mismo.
Del concepto de comprensión se puede derivar un cierto relativismo que
exige definir lo que se entiende por objetividad en
ciencias sociales. En este sentido se debe diferenciar entre el dato y la
interpretación que de éste se realiza. El primero es objetivo y el segundo
no…pero es válido a nivel genérico en tanto se explicite los presupuestos desde
los cuales se hace la interpretación.
Hay una sociología descriptiva y otra comprensiva. La sociología
descriptiva puede hacer descripción de sujetos colectivos. Todos los estudios
de base estadística son descriptivos. Los sujetos definidos son ficticios, sólo
existentes en la probabilidad, una entelequia estadística y no un sujeto con
capacidad de actuar. A partir de esta sociología no podemos conocer
comportamientos, ni comprenderlos, pues se trata de una reificación. La
sociología descriptiva nos da pistas para adecuar nuestra actuación, info rmándonos de
las posibles respuestas a esas actuaciones. Son el reverso de la acción, nos info rman de la
respuesta.
Por contra, la sociología comprensiva (que es a la máxima causalidad que
puede aspirar la sociología) busca comprender la acción del sujeto real que
actúa a partir de comprender el contexto de la interacción.
Junto a esta clasificación entre sociología descriptiva y comprensiva (que
es lo máximo en causalidad y explicación a lo que puede llegar la sociología)
existe otra entre sociología de las organizaciones y de la sociedad, según la
terminología de Hayek, o entre sistemas funcionales y de interdependencia según
una terminología más sociológica. La diferencia está en el papel que juega los
individuos en ellas, siendo en las organizaciones secundario respecto a fines
colectivos y esenciales en sí misma en la sociedad. Igualmente la pluralidad
del rol a ejercer, ya que en las organizaciones éste suele ser unívoco y muy
definido, mientras que el la sociedad cada individuo incorpora roles muy
diferentes y abiertos a la reinterpretación propia. El funcionalismo aparece en
sociología cuando creemos que todos los sistemas son funcionales, negando la
posibilidad de la sociedad, de los sistemas de interacción.
En torno a las ciencias sociales todas ellas deben ser compatibles con las
reglas que determina la praxeologia (y que se ha definido en el apartado
anterior), que es apriorística (pues se trata de la lógica de la acción humana,
aplicable a toda la humanidad pues se basa en la estructura de la mente). Por
contra, la historia recoge los hechos singulares que tienen como carácter común
ser fruto de la acción humana y los explica a partir de otros hechos. Más allá,
la sociología busca mecanismos de interacción que hagan explicables los
resultados de la acción que la historia refiere. ¿Cómo lo hace? genera tipos
ideales en el análisis de los hechos aceptando las leyes de la praxeologia y
encontrando los conceptos y sus relaciones para comprender el hecho singular
histórico: motivos, propósitos de los actores, medios de los que se sirven,
etc. que dan sentido a la acción humana dada, aunque sin poder predictivo
exacto, ya que las relaciones entre las variables del tipo ideal puede cambiar
según los casos. Es lo más cercano a las leyes, pero siempre a posteriori, pues
las condiciones en las que se desarrolla la acción son cambiantes. El tipo
ideal lo es de una interacción entre los sujetos y es deductivo, no puede
surgir de la estadística, por ello hablamos de la comprensión. En sociología no
hablamos de leyes, pues éstas denotan inmutabilidad, una categoría que no es
propia de la sociedad. La diferencia respecto a la economía es que ésta es la
ciencia para discernir los mejores medios a utilizar para conseguir ciertos
objetivos o fines en un contexto de escasez material. Frente a esto, la
sociología muestra los límites de la acción individual en un contexto de
interacción. Esto no nos debe hacer caer en el determinismo en nuestras
aproximaciones a los hechos sociales, dado que la acción del sujeto se realiza
en un contexto de incertidumbre. Así sólo contamos con la probabilidad para
intentar superar la incertidumbre sobre el resultado de las acciones,
probabilidad que no es sino frecuencia: podemos tener aproximaciones generales,
pero no nos sirven para predecir exactamente (totalmente) la actuación de un
sujeto concreto.
La sociología liberal que aquí se plantea tiene también una función
práctica para la praxis política: una vez conocidos los fines y las
características del espacio donde los sujetos deben interactuar, también pueden
plantear cómo se debe actuar para conseguir ciertos fines. La sociología sería
una ciencia al servicio de una mejor acción, una ciencia práctica que
discrimina entre medios adecuados o no según sus fines (determinados por la
filosofía, la religión, etc.).